Las
articulaciones del cuerpo se mantienen en flexión la mayor parte del tiempo. Desde el cuello
hasta los pies, la postura que se refleja en nuestro homúnculo cerebral, y no emite señal de incomodidad, es la flexión. Cuello, codos, manos, dedos,
caderas, rodillas…todas se encuentran en flexión la mayoría del tiempo.
Lo interesante
de esto es que cuando estiramos dichas articulaciones, las mismas que están cómodas
en flexión, sentimos placer. Esto si no hay dolor de por medio por supuesto. Solo
imagínense alguien desperezándose. O ustedes mismos haciendolo.
A qué voy con
esta analogía?
Durante
nuestra vida estamos en la lucha por encontrar una zona cómoda, o como se
denomina hace ya algún tiempo, “zona de confort”. Luchamos y trabajamos para llegar
a ella pensando que cuando estemos ahí,
todo será de maravilla. Que al estar en dicha zona, nos olvidaremos de lo que pasa a nuestro alrededor,
independiente si es malo o bueno, solo porque hemos logrado llegar a estar
cómodos.
Y el placer?
Los retos? La lucha contra la monotonía?
Ahí es cuando
nos estiramos con fuerza y pasamos de estar en flexión a estar en extensión sostenida.
Y sentimos placer.
Se debe tener
cuidado con confundir zona de confort con una vida monótona. No juzgo al que le
guste estar siempre en el mismo lugar, haciendo las mismas cosas, solo porque
está cómodo. Es 100% válido. Pero también es válido que la aburrición y la
falta de ímpetu también podría llegar más temprano que tarde. La monotonía del
día a día.
Salirnos de
la zona de confort puede ser incómodo inicialmente. Pero a la vez, un reto. La
gasolina emocional de nuestras vidas, la adrenalina, lo que nos mantiene vivos
es el riesgo mismo. Lograr asumirlo, vivirlo, enfrentarlo y saltar al abismo de lo
desconocido, respaldado por el paracaídas de nuestra propia autoestima y
seguridad, es lo que nos distrae de nuestra comodidad diaria. Claro está que dicho paracaídas debe abrir para poder usarlo. En nuestro subconciente reconocemos que la probabilidad que no se
abra es mínima, pero existe.
Como médico, puedo
extrapolar el pensamiento de algunos diciendo que vivimos esperando
llegar a un punto donde nuestra práctica se estabiliza, el flujo de pacientes
llega a su máximo, nuestras horas de trabajo se normalizan, se abre la puerta a
la vida familiar y al tan añorado descanso. Todo esto en la gran burbuja de la
zona de confort. Y ahí nos queremos quedar porque hemos luchado por llegar hasta
dicho punto. Sudor y lágrimas para llegar ahí. Por qué cambiar? Mejor aún,
PARA qué cambiar?
En mi nueva
vida corporativa pasé a un mundo de cambios constantes. Ha sido difícil
adaptarme de un modus operandi de "progresión" hacia la zona de confort como médico , a una
vida de disrupción constante como corporativo. Lo importante es buscar donde está el placer de
esta nueva forma de vida.
Lo primero es
aceptar que la nueva vida es así. No vivir del pasado. No comparar la vida previa con la nueva. Entender que existe una diferencia entre cambio y transición. Instruirse en esta nueva cultura
de alguna manera. Existen libros dedicados a entender los cambios y poder
asumir que lo único constante es por cierto, el cambio mismo.
Lo segundo es
aliarse con personas expertas que han pasado por lo mismo que uno. En mi caso
médicos que han dejado la practica buscando un cambio de vida dentro del mundo
corporativo. Esas personas hablarán con la sabiduría que trae la experiencia y
seguro aportarán consejos que en ciertos casos funcionarán, y en otros no.
Lastimosamente la única forma de saber si funcionan, es intentándolo.
Por último se
debe pasar de la reacción a la acción. Crear dentro del horario un colchón emocional para saber y prever
que los cambios llegarán en cualquier
minuto. No estar prevenido pero si listo para reaccionar y no dejarse abatir
por la onda con la que golpea cada cambio. No “acomodarse” es muy diferente a no sentirse
cómodo. Lo importante es sentirse cómodo cuando las circunstancias podrían
llegar a incomodar.
Entonces, cada
vez que nos estiramos, y salimos de nuestra comodidad corporal en flexión,
estamos sintiendo el placer rompiendo con lo estándar, con lo “normal”, con la
rutina.
Cuándo fue la
última vez que asumiste que estabas cómodo e hiciste algo para voluntariamente
salir de esa zona de confort y buscar un nuevo reto?
La vida es
una. Se va rápido. Es tu decisión si la quieres vivir todo el tiempo en flexión,
o pasar a la extensión ocasionalmente y
llenarte de placer, solo con el hecho de
tratar algo nuevo. Los logros frente a los objetivos trazados podrán llegar o no, pero el aprendizaje del
proceso es lo más importante.
Les dejo tres
frases que encontré en una entrada de un blog de un grupo Argentino. No son
frases de ellos, pero las usaron y se les debe dar el crédito correspondiente.
Cada uno escoja la suya mientras yo voy a estirarme un poco.
- “El barco está muy a salvo en el puerto, pero los barcos no se construyen para eso” – William G.T. Shedd
- “Para poder cruzar el océano, hay que tener la valentía para perder de vista la costa” – Cristóbal Colón
- “Un mar tranquilo nunca hizo a un buen marinero” – Proverbio Africano
Feliz semana para tod@s