Hace mucho tiempo que no
escribo. Muchas cosas han pasado en mí vida que me ha llevado a ausentarme de las
letras. Para los que no saben, y he sido claro con el tema, escribo para mí, es
mi terapia. Por eso, llevo 3 meses esperando el momento para volver a escribir.
Lo necesitaba.
Quizás lo que me frenaba o más
bien, la excusa que tenía para no volver a escribir era que estaba pasando por
muchos cambios en mi vida. Mudarme en avanzada a un nuevo país sin mi familia, trabajar en paralelo todo el día en lograr
tener un lugar definitivo para vivir, acoplarme no solo a las costumbres de un
nuevo país sino también a las costumbres de la región donde estoy ubicado, esta
nueva cultura, una nueva forma de trabajo, etc. Todo esto puede sonar a excusas,
pero son los hechos que me llevaron a ausentarme de mi propio desahogo.
Cambios. Esa es la palabra
clave. Son los cambios los que nos desestabilizan constantemente. Suena irónico
que la única constancia en la vida sea que cambia continuamente. No se Uds.
pero yo, no soy muy bueno para aceptar tanto cambio, y de manera tan abrupta.
Mis capacidades camaleónicas no son las mejores. Es un reto hoy por hoy llegar
a una zona de confort tanto personal como emocional sin dejar a un lado la zona
de confort (para algunos utópica) en el ámbito laboral. Cuando uno llega a esa
zona y se relaja, boom, se voltea la
torta y cambia todo de nuevo. Yo soy consciente, al igual que Darwin que sobreviven
los que mejor se adaptan; pero, también soy consciente que me puede llegar a
tomar más tiempo de lo considerado como "normal". Cabe aclarar que
cada uno define su propia normalidad.
Para sobrellevar
(también conocido como sobrevivir) los cambios, se necesita de una inteligencia
emocional a tope. Cada uno necesita una seguridad y autoconfianza, amarradas
con el cordón del autocontrol. Momentos llevaderos se mezclarán con momentos
amenazantes. No todo lo que se refleja en los “status” de las redes sociales es
lo que verdaderamente pasa. Vaya engaño. Con las redes (y sonará irónico) cada
uno es libre de publicar lo que quiera y hacerse público de la manera que lo
desee. Un arma de doble filo pero esto es tema aparte para otra entrada. Sin
duda alguna ha habido momentos en que verdaderamente me he puesto en una situación
de cuestionamiento y afortunadamente tengo las bases para discriminar el para qué
y no el porqué de las cosas.
Es así que llego al
tema central de esta entrada: la motivación.
Cómo se llama la
fuerza que lo mantiene a uno de pie día tras día?
Cómo se denomina
aquella energía con la cual se canaliza la alegría y la felicidad? Que lo lleva
a uno a continuar una vez se completa un objetivo?
Cómo se logra vivir
con intensidad ese sentimiento de misión cumplida?
Todo, absolutamente
todo es más fácil si uno está motivado. No lo hace más fácil, solamente lo hace
más simple. Más llevadero.
La felicidad va de la
mano de la motivación. La felicidad no se da solamente al cumplir objetivos. Se
da si una vez cumplidos los objetivos, se continua estando motivado para
absorber objetivos nuevos. Si se hiciera una lista de todo lo que lo hace a uno
feliz, y al final del día mete todos los componentes de esta lista a un embudo,
el resultado final será ese producto llamado motivación. La motivación es lo
que nos hace el camino más fácil hacia la felicidad. Es el puente. Si el puente
está quebrado, debemos mirar a nuestro alrededor, dar unos pasos para atrás y
volver a encontrar ese material
necesario para reconstruirlo. Si no lo logramos, nos quedaremos sin motivación
y sin poder disfrutar de una felicidad plena.
Entonces, después de
tantos cuestionamientos, y después de tantas preguntas autocriticas y
autocomprometedoras, logré establecer que la razón de ser, la razón de sonreír,
es mantener a flote lo que me motiva. Siempre presente.
Para quién hago lo
que hago? Con qué fin? Cuál es mi recompensa? En qué momento llega mi felicidad?
Cuál es la verdadera razón por la cual estoy feliz?
La respuesta es muy
sencilla. Mi familia y la oportunidad de tener trabajo. La felicidad de mi
familia y mi propia tranquilidad me hacen a mi feliz y me dejan tranquilo.
Algunos dicen que me pongo los límites muy altos pero a mí me gusta verlo como que
me pongo un nivel de motivación trabajable. Cada reto una nueva oportunidad. Mi Norte es la sonrisa de mi hija y de mi esposa.
Hago lo que sea necesario para que al final del día pueda llegar a la casa y verlas
sonrientes y felices. Eso, en resumen es mi motivación.
No estoy en un
momento para pensar en mi felicidad secundaria a objetos terrenales. Esos llegaran
tarde o temprano y en ese entonces mi felicidad por ellos seguro también
llegará. Tengo claro que el día que no esté en este mundo, aquellos objetos que
me dieron felicidad, no viajarán conmigo. Por ahora, mi felicidad es la
felicidad de mi familia. Un altruismo satisfactorio, un querer y amar sin límites.
Nunca un sacrificio, nunca un pormenor. Soy feliz haciendo feliz a mi familia.
Creo que es una ley implícita que no muchos la consideran.
Cada uno se motiva de
manera diferente y es la razón de esta entrada impulsarlos a escribir la motivación
que al final del día los deja feliz y satisfechos. No es difícil. Es
simplemente hacer una pausa y analizar en qué momento de mi vida soy feliz y tener
esto como punto de partida. Una vez esclarecida dicha motivación que proviene
de la felicidad mencionada anteriormente, esta se convierte en un lugar seguro
o “safe haeven”. Un salvavidas. Cómo
se logra? Simple pero tal vez no tan fácil. Al tener la motivación clara, cualquier
momento difícil en la vida que llegue, y habrán muchos, automáticamente se hará
más llevadero si cada uno logra remontarse
a dicha fuerza motivacional. A aquella razón de ser.
Un día incomodo en el
trabajo, una situación incómoda con alguien, un mal día a nivel económico, una
mala noticia. Cualquiera que sea la razón, nuestra motivación es la respuesta
para llenarse de fuerza y poder seguir avanzando. Yo creo tener claro que estoy
en este mundo para mi familia y no por ella. Ella está en este mundo para mí y no
por mí. Somos una simbiosis de amor único, de energía motivacional, de fuerza y respeto incondicional. Hacemos lo que
creemos es lo mejor para poder llegar al final del día y acostarnos tranquilos.
Construimos por segundo. Mal o bien no lo sabemos, pero cuando nos vemos tentados
a juzgarnos, tratamos de ser imparciales.
Qué los motiva a Uds.?
Cuál es la llave de esa puerta que se abre día a día con la motivación?
Feliz final de semana para
todos.