La vida pasa a
millón, por decir que pasa volando, por decir que pasa bastante rápido. Algunas
veces se nos pasa la vida y no nos damos cuenta. La gran mayoría de veces, no
caemos en cuenta que gracias a nuestro afán por estar cumpliendo micro
objetivos, la vida definitivamente es hermosa y nos perdemos de algún gran
momento lleno de alegría y gratificación no solicitada.
No estoy
llevando con estas palabras a promulgar el letargo ni la ausencia de las
labores cotidianas. Me gustaría despertar el interés por caer en cuenta que
dentro de nuestras labores cotidianas, existen momentos mágicos que a lo mejor
por nuestra velocidad, no apreciamos.
Esto me lleva
a hablar sobre las PAUSAS. Existen estudios suficientes que catalogan las
pausas como alicientes al bienestar. De nuevo, adecuar dichas pausas al
cronograma diario depende de cada cual y no será factible en ciertos momentos críticos
poder tener estas ya mencionadas pausas. Por eso cuando tengamos la oportunidad
de darnos algún respiro, miremos 360 grados, absorbamos el aire y la buena
vibra de aquel momento y miremos con ojos abiertos (o cerrados) las imágenes que
este mundo nos brinda. Así tendremos para ciertos momentos de crisis o alta
velocidad, el recuerdo de una pausa llena de energía positiva que seguro nos mantendrá
a tope emocionalmente para afrontar cualquier circunstancia.
Deténganse un
momento; bueno, ya lo están haciendo mientras leen estas palabras. Sientan la energía
que seguro les corre por el cuerpo cuando caen en cuenta que en definitiva, se
pasan la vida corriendo sin detenerse ni un segundo a aprovechar tanta
circunstancia que ocurre alrededor. Solo sé que existe una sola cosa en común para
todos los mortales, y es precisamente eso, que somos mortales y que algún día
pasaremos a otra dimensión. Por eso, no dejen pasar cualquier oportunidad para
absorber un paisaje bonito, un gran momento con familiares o amigos, un abrazo,
una sonrisa, una ayuda no solicitada, un consejo inadvertido, un grato amanecer
o un atardecer iluminado. Una luna llena, una luna parcialmente llena, un beso,
una flor, un poema, un perdón.
Recuerden que
existen personas menos afortunadas que todos nosotros y tal vez la vida no les sonríe
como a nosotros o simplemente no están entrenados para extraer lo bueno de lo
no tan bueno. Esto no significa que esas personas no sean felices pero les dejo
la inquietud de pensar cómo podrían hacer más felices a aquellos que nos
rodean. Algunas veces, dejar de hacer algo produce felicidad, pecar por exceso
puede ser un mayor mal que hacerlo por defecto. Dejar hacer es una virtud de la
paciencia misma y en ella sola, la asertividad emocional de la que tanto hablo.
Las pausas son
momentos en que dejas de hacer algo mecánico o intelectual, para incorporar algo
emocional. Frenas el ímpetu de movimiento para absorber energía emocional. Vale
la pena hacer el ejercicio. Date 1 minuto programado al día, súbelo de manera
gradual hasta 3 o 5 o hasta 15 si quieres y puedes. Estoy seguro que te vendrá muy
bien. A ti y a los que te rodean.
Un fin de
semana lleno de pausas positivas para tod@s.
No comments:
Post a Comment