Nadie, de manera consciente
nos podrá pedir que olvidemos algo, a alguien, o alguna situación de nuestras
vidas ya que; considero yo, es imposible. Por más que tratemos, olvidar es biológicamente
inalcanzable sin un golpe, un coma inducido, amnesia quirúrgica, o algo parecido. Cada vez que decimos que se
nos ha olvidado algo, de entrada, estamos relatando una premisa falsa. Si la información
nunca estuvo daré la razón. Pero si la información fué percibida e
interpretada, de cualquier forma, ella estará seguramente en algún lugar de
nuestra memoria. Es el proceso de sacar este conocimiento lo que nos lleva a
encontrar información que considerábamos perdida o ausente. Y al hacerlo, la
primera emoción es la sorpresa. Sorpresa de caer en cuenta que teníamos algo
escondido. Es como cuando encontramos un billete en un bolsillo, o una foto de
hace mucho tiempo que nos lleva inmediatamente a un recuerdo alegre o melancólico.
Algunas veces queremos
olvidar asuntos vividos ya que pensamos que han sido negativos o han sido, de
alguna manera, “malos” para nosotros. De
nuevo, una premisa cuestionable ya que las cosas pasan PARA algo y no POR algo.
Lo difícil es que en el momento de más elevada emocionalidad, seamos capaces de
caer en cuenta de ese presente e incorporarlo como tal.
Lo que ganamos o perdemos
sigue existiendo. No se ausenta, no se desvanece, no se esfuma. Sigue estando ahí,
en cualquier lugar, por dentro o por fuera, pero sigue ahí. Si queremos que
esté presente depende de nosotros y de nadie mas. Si queremos que se refunda en
nuestra conciencia también lo podemos hacer con múltiples técnicas que yo llamo
de “escondite temporal”. También es factible
que utilicemos la “técnica de la recámara”
y guardemos ciertas memorias para sacarlas a flote cuando más las necesitemos. Aunque
suene a una técnica vengativa de sacar “los trapos al sol”, es todo lo contrario.
Es lograr fortalecer nuestro ímpetu en momentos difíciles utilizando memorias
agradables. Si sacamos memorias que hemos clasificado como negativas, por el
simple hecho de no poder haber entendido su PARA
QUE, caeremos en la trampa de la
negatividad y perderemos el autocontrol. Uno de los pilares de la Inteligencia
Emocional.
Seguramente muchos insisten en querer olvidar muchas cosas
pero se debe aceptar que esta acción es realmente utópica. Lo que deberíamos
poder lograr, ya sea a nivel cognitivo,
kinestésico o emocional, es aceptar que lo ya vivido, estará con nosotros por
siempre. Debemos convertirnos en el guardián de nuestras propias leyendas. Manejarlas
a nuestro gusto y no dejar que ellas nos manejen a nosotros. Cada uno es capaz de
hacerlo si logra caer en cuenta que todo se puede lograr con adecuada aceptación.
No escondámos nuestro pasado
ni le tengamos miedo al futuro. Alegrémonos que el presente es nuestro. Vivámoslo de
manera intensa. Vivámoslo porque en cualquier segundo se convierte en pasado y
así mismo, abre las puertas al futuro inmediato.
Paremos un momento en nuestra
vida tan acelerada y traigamos esas memorias que nos pueden fortalecer aun más.
Recordemos esos buenos momentos para que con sonrisas o lagrimas, la motivación
para continuar en nuestro camino nunca falte.
Una feliz semana para tod@s.