Cuando inicié
mis estudios en Estados Unidos, una de mis primeras clases en las mañana de los
martes era antropología 101. Era una clase magistral donde 400 estudiantes se
sentaban a oír a una antropóloga a hablar sobre la creación y la evolución. De
lo poco que me quedó fue la historia de Jane Goodall.
Sus estudios
sobre los chimpancés y las semejanzas con nosotros fueron fascinantes. Me
acuerdo un video donde mostraban a los chimpancés hacer las cosas como los
humanos. Una de ellas era el uso de herramientas. Dado que los chimpancés necesitaban
sacar las hormigas del hormiguero, y destrozar el hormiguero no era una opción,
pues “razonaron” que necesitaban una
especie de herramienta para lograr su cometido. Como lo harían los humanos.
Los chimpancés,
al ver el agujero en la punta de la montaña de tierra donde se alojaban las
hormigas, decidían llenar de babas un pedacito de pasto cilíndrico, y cuidadosamente
introducirlo en el agujero. Se quedaban ahí
un par de segundos y retiraban el pasto cilíndrico obteniendo un buen número de
hormigas adheridas las cuales pasaban a la boca del mico como si fueran canapés
en un pincho. Era como ver a un niño meter el palito con babas en el dulce. Los
chimpancés lo hacían como los niños.
En el
coaching, es indiscutible que nosotros como coach aprendamos a ser o sentir
como nuestros coachees. A ponernos en los zapatos de nuestros clientes o
pacientes.
Esta herramienta,
la cual forma parte indiscutible de la caja de herramientas del coach, se le
conoce como rapport o acompasamiento.
No es acompaÑamiento. Es acompaSamiento. Es ir al compás del otro. Es transportarme al
interior de la persona que tengo a mi lado, y con emoción controlada, tratar de
entender lo que pasa por la cabeza y el corazón en ese momento, con la salvedad
de estar en mi zona segura al poder decidir qué tanto quiero sentir y qué tanto
quiero incorporar.
Ponerme en la
piel de mi cliente o paciente es de suma importancia para una asertividad
emocional y para una adecuada sinergia
entre cliente y coach. Es acercarme al mundo de la otra persona igualándolo mas
no imitándolo. Es crear un ambiente de acompaÑamiento por medio del acompaSamiento.
Dentro del
rapport se conocen además, 2 términos como la empatía y la sincronía.
El primero de
ellos, hace referencia a la corriente de cordialidad que se trata de emplear
para que exista un flujo más constante entre el coach y el coachee. La empatía
genera una relación donde ambas partes ganan por medio de un acuerdo positivo. Es,
en términos más simples, esa sensación que alguien, sin saberlo, te cae bien, te
agrada y te genera cierta confianza.
El segundo término,
la sincronía, es para mí como una empatía
plus. Es, además de todo lo que
genera la empatía, una forma de ir al ritmo de la persona que tengo a mi lado. Creo
que se necesita tener empatía para llegar a la sincronía pero no al revés.
En medicina y
en el área de la salud, el rapport, empatía y la sincronía son de vital
importancia. Mi teoría es que ningún medico sabrá lo que se siente ser medico
hasta que él o ella sienta lo que se siente siendo paciente.
“Solamente
cuando se está horizontal, se entiende el significado de estar vertical.”
Cuántos de
nosotros logramos hacer rapport con nuestros pacientes? Cuántos nos vemos
escondidos detrás de la falsa premisa de “esto no me pasará a mi jamás”? Cuántos
nos creemos inmortales o intocables?
Es necesario
que para poder cambiar la atención a nuestros pacientes, o a nuestros clientes,
logremos por la cantidad de tiempo que sea necesario, hacer sentir a esas
personas que verdaderamente entendemos y comprendemos por lo que están pasando.
No volverlo un engaño mientras dure la consulta o la sesión, sino que
verdaderamente se genere ese preámbulo a la confianza tan importante para el
buen resultado del proceso.
Generar
rapport no es bajarse del pedestal inexistente de ser médico o profesional de
la salud. Tener empatía no es un negativo. No tenerla es ir en contra de la empatía.
Es ser antipático.
Por eso si algún
día tienen la oportunidad de ponerse en los zapatos de sus familiares, amigos,
clientes o pacientes, no duden de hacerlo y así entenderán con mayor
profundidad y con mayor corazón, lo que verdaderamente está pasando.
“Cada
individuo es importante, cada individuo tiene un rol a desempeñar, cada
individuo marca la diferencia.” –
Jane Goodall